¿Qué es la química forense?

De acuerdo con Hegde y Pathak (2023), la química forense aplica principios y técnicas de la química para examinar evidencias y generar información esencial en investigaciones criminales. En términos simples, esta disciplina se encarga de estudiar sustancias que, aunque parezcan pequeñas o irrelevantes, pueden contener pistas clave para esclarecer un delito.

¿Qué analiza la química forense?

La química forense abarca el estudio de material biológico y no biológico encontrado en una escena del crimen. Entre los principales tipos de evidencia examinada se incluyen:

  • Identificación de drogas, compuestos tóxicos y polímeros.
  • Estudio de fibras, vidrios, metales y otros residuos microscópicos.
  • Análisis de residuos de disparo y componentes relacionados con armas de fuego.
  • Determinación de la composición de explosivos y sus precursores.
  • Caracterización de tintas, pinturas y adhesivos.

Objetivo de la química forense

El propósito central de la química forense es aportar información científica confiable que apoye el esclarecimiento de hechos delictivos y sirva a la administración de justicia. Esto se logra mediante:

  • Determinar la naturaleza y el origen de los indicios recogidos.
  • Utilizar métodos y equipos validados para generar resultados reproducibles y admisibles en juicio.
  • Proveer datos que permitan reconstruir la secuencia de eventos relacionados con el crimen.

Lian, Xu, Wang y Meng (2020) destacan su relevancia, afirmando que esta disciplina es clave para vincular a un sospechoso con la escena o con una víctima a través de la evidencia física.

Cinco aplicaciones de la química forense en el análisis de evidencias

La química forense es fundamental para interpretar y comprender indicios materiales. Estos son cinco de sus usos más importantes:

1. Análisis toxicológico y detección de sustancias

El químico forense identifica y cuantifica sustancias psicoactivas, tóxicos o venenos en muestras como sangre, orina, cabello y tejidos. Gracias a este análisis es posible:

  • Establecer si la víctima o el sospechoso estaba bajo la influencia de alcohol, drogas ilícitas o fármacos que alteran la conducta.
  • Detectar compuestos tóxicos relacionados con muertes sospechosas.
  • Analizar sustancias incautadas para su clasificación legal dentro de un proceso penal.

2. Investigación de incendios y explosiones

Esta disciplina ayuda a determinar si un incendio fue accidental o provocado, además de identificar el tipo de explosivo empleado. Entre sus funciones se encuentran:

  • Examinar restos en búsqueda de acelerantes que indiquen intencionalidad.
  • Analizar residuos químicos post-detonación para identificar el explosivo utilizado.

3. Estudio de residuos de disparo (GSR)

El análisis del residuo de disparo permite evaluar si una persona manipuló o estuvo cerca de un arma que fue detonada recientemente. Para ello se busca:

  • La presencia de partículas características compuestas por elementos como plomo, bario y antimonio.
  • Correspondencia entre los residuos detectados y el tipo de munición utilizada.

4. Examen de trazas de materiales

Los pequeños fragmentos que se transfieren entre personas, objetos y escenarios del crimen pueden ser determinantes. La química forense permite:

  • Estudiar químicamente restos de pintura o vidrio para asociarlos a vehículos u objetos específicos.
  • Identificar la composición de fibras y relacionarlas con prendas vinculadas a un sospechoso.

5. Detección de fluidos biológicos

Esta área también interviene en la identificación preliminar de fluidos corporales y en la preparación de muestras para análisis genéticos. Esto incluye:

  • Uso de reactivos como el Luminol para revelar sangre oculta.
  • Evaluación química de fluidos biológicos antes de enviarlos a pruebas confirmatorias de ADN.

La química forense es una disciplina imprescindible dentro de la investigación criminal, ya que permite transformar pequeñas muestras en evidencia científica sólida. Con el apoyo de tecnología especializada y equipos de química forense distribuidos por empresas como Zogbi, los laboratorios pueden incrementar la precisión de sus análisis, vincular personas, objetos y escenarios, y fortalecer la toma de decisiones judiciales. Su evolución constante la convierte en una herramienta clave para la resolución de delitos y la búsqueda de la verdad.